Un chihuahua atemoriza a un pastor alemán

El otro día se me estropeó el coche y tuve que bajar a la estación de tren andando.

El trayecto de mi casa a la estación no es especialmente cómodo, sobre todo cuando uno está acostumbrado a ir en coche.

Pues por suerte o por desgracia, en medio del trayecto, fui testigo de algo muy divertido y muy trágico a la vez.

Pues verás.

Vi a dos perros ladrándose como locos, con una energía de daba miedo.

En cualquier momento iban a “jugar” a ver quién aguanta más mordiscos.

Pues bien.

Lo fuerte de ese escenario era que uno de los perros era un chihuahua que parecía un ratón y el otro un pastor alemán de al menos un metro de longitud.

Espera. Ahora la cosa se pone interesante.

Lo que me dejó de piedra fue ver como el ratón era capaz de atemorizar al metro, haciendo que el pastor alemán dejara de ladrar y se escondiera tras su amo.

¿Pero sabes por qué te cuento esto?

Porque esto es exactamente lo que sucede con tu mente.

Tu mente es el chihuahua, pequeño pero ladrador, y tú eres el pastor alemán, grande pero miedica.

Tú y yo sabemos que si el pastor alemán tuviera un poco más de consciencia de la situación, y se diera cuenta de su tamaño y la facilidad que tendría para imponerse ante ese ratón, la historia habría terminado de otra manera.

Pues eso pasa contigo y tus miedos e inseguridades.

Que tú tienes más poder que tu mente, y no al revés.

Lo sé, es más fácil decirlo que hacerlo, por eso voy a hablar de esto en el audio de mañana, solo para los suscriptores.

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