Te encanta ser una víctima

“Eres una víctima”.

Esto es lo que te gustaría escuchar.

Te encanta ser una víctima, o más bien dicho, a tu mente le encanta ser una víctima.

Aprendí esto por una amiga cercana.

Era una chica encantadora, pero tenía una pequeño gran problema: siempre se quejaba de lo injusta que era la vida con ella.

Todo lo malo que le ocurría nunca era por su culpa.

Decía cosas cómo:

“Es que mi ex era muy tóxico y por eso yo…”

“Es que mi profesor me tenía manía y por eso yo…”

“Es que el sistema me oprime y por eso yo…”

Como es evidente, no tardé en dejar de quedar con ella porque esa mentalidad de víctima es contagiosa.

Años después, ya entendiendo las triquiñuelas de la mente, siento simpatía por esa chica.

No era una víctima de su ex, su profe o la sociedad. Pero sí era una víctima de su mente.

Eso hace la mente.

Te hace creer que eres una víctima indefensa y vulnerable explotada por el universo.

Pues déjame decirte que no, tú no eres ninguna víctima, pero te reconforta considerarte así.

Porque si eres una víctima, significa que no eres responsable de todo lo malo que te sucede.

Así que siento darte la mala noticia:

Tú eres el único responsable de tus mierdas.

Tú, y solo tú.

Pero claro, para ser responsable de tu vida, es muy importante entender y controlar tu mente.

Si no será ella la que te controlará a ti, y te hará caer en esta dichosa mentalidad de víctima.

Pues bien, este domingo hablaré de todo lo que tienes que saber para controlar tu mente y dejar de ser una víctima llorica.

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Y por cierto, la suscripción no estará disponible para siempre.

Quien avisa no es traidor.

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