No sabes quererte

Hablar del amor propio está de moda.

Lo bueno de eso es que está bien hablar de ello, porque es importante si quieres lograr tu objetivos.

De hecho, es más que importante. Es esencial.

Lo malo es que como está de moda, no tienes que hacer ni puto caso de lo que dicen por ahí sobre la autoestima.

De hecho, a mí tampoco me hagas demasiado caso, pero tengo algo que decir distinto sobre el tema.

Un psicólogo te dirá que el amor propio es aceptarte tal y como eres.

El autoayudismo y el desarrollo personal mainstream, son peores, te dirán que la autoestima va de premiarse, hacerse caprichitos y no presionarse.

Bueno, pues yo te diré que no te aceptes tal y como eres, dejes de darte placeres y empieces a mover el culo.

Vale, sí, el amor propio va de quererse. En esto vamos a coincidir.

¿Pero que es quererse realmente?

Si mi hijo de 5 años está jugando con un un mechero a encender y apagar el fuego, le voy a quitar el mechero para que no se queme. ¿Obvio, no?

Aunque se ponga a liar la del pulpo porque no quiere que le quite el mechero, se lo voy a quitar.

Yo no tengo hijos, pero no tengo duda de que esto es un acto de amor hacia mi hijo imaginario, porque lo estoy cuidando. Aunque el no sea consciente de ello.

Okay, ahora piensa en ti, cabezota.

¿Cuantas cosas haces que sabes que no deberías hacer porque no te convienen?

Quítate el mechero, aunque no te apetezca.

Tarde o temprano te vas a quemar.