No puedes fiarte de ti mismo

El demonio grita más que el ángel

No puedes fiarte de ti mismo.

Ya eres mayorcito, tenías que saberlo.

Tú eres tu mayor enemigo, y tu mayor competencia. Tú mismo eres el causante de tus problemas y tus bloqueos.

Joder, esto suena muy duro. Déjame explicarme.

¿Has visto alguna vez la típica escena de dibujos animados en la que el protagonista habla con una versión ángel y una versión demonio de él mismo?

Normalmente los tiene en los hombros, y se lía una discusión brutal entre el demonio y el ángel.

Bien, esa representación no es muy distinta de realidad.

Tú eres ambos, el ángel y el demonio. No voy a explicar los intereses de cada uno. Si no lo pillas, es que no has tenido infancia.

El problema es que hay algo que en los dibujos que veías que en la realidad no sucede.

Que el diablo SIEMPRE tiene más poder que el ángel. Por eso no puedes fiarte de ti.

Es decir, que el diablo, cuando te intenta convencer de que comas mierda, te quedes 10 minutos más en la cama o que hoy no vayas a entrenar, es más bueno seduciéndote que el ángel.

Lo sé, eso es una putada.

El diablo es muy bueno regalándote los oídos, porque mientras el ángel te dice:

  • “Empieza a construir tu negocio hoy mismo”

  • “Ves al gimnasio a cultivar un cuerpo de Dios griego”

  • “Corre a hablar con esa chica de la barra que tanto te mola”

El demonio te dice:

  • “Empezar un negocio es demasiado difícil”

  • “Hoy no vayas al gym, mejor mañana”

  • “No hables con esa chica, seguro tiene novio”

¿Te suenan esas excusas? Pues es el demonio hablándote al odio.

El demonio busca el máximo placer a corto plazo.

El ángel busca tu mejor versión a largo plazo.

Pero el demonio grita más que el ángel, por eso lo escuchas más.

Capisci?