Lo que un gato con sobrepeso te puede enseñar sobre vivir con calma

Hace un par de días fui al piso de una amiga que hacía mucho que no veía.

Llegué a su recién alquilado apartamento, y lo primero que me encontré al entrar fue un gato con sobrepeso.

El gato se quedó mirándome con esa cara tan neutra que tienen los gatos.

Yo lo miré con sorpresa y ternura.

Entré y me senté al sofá con mi vieja amiga y conversamos de nuestras novedades.

Pero al rato, mi atención se desvió contra mi voluntad.

Ahí estaba el gato, en el medio del salón, irradiando paz.

Me quedé un buen rato mirándolo y empecé a envidiarlo.

El gordo del gato simplemente estaba “siendo”. No había tensión en su cuerpo y sus movimientos fluían.

Cómo se notaba que ese gato no tiene pensamientos ni pajas mentales.

Ni ese ni ninguno.

Entonces lo entendí todo: hay que ser más como un gato.

¿Por qué te digo esto?

Pues porque lo que hacen los gatos es exactamente lo que hace toda persona que goza de confianza y paz mental.

Fluyen y no influyen.

Y sí, lo sé, eso no es algo sencillo.

Por eso te hablaré de esto en el audio de este domingo.

Aprenderás a ser como un gato, callar tu mente y fluir.

Puede que no te salgan garras y cola, eso no lo sé.

Pero lo que sí sé, es que ganarás una paz mental que no creías posible.

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PD. Miau