Lo que me dijo este chaval me dejó de piedra

La lección de un chico fuerte del gym

El consejo de hoy cambió mi vida para siempre.

Ahora entenderás por qué, y por qué también va a cambiar la tuya.

Cuando era un mocoso empecé a ir al gimnasio con mi mejor amigo.

Nuestra motivación número uno era ligar en verano con un cuerpo chulo.

Y la verdad es que íbamos a machacarnos con las máquinas, pero como siempre, la motivación que teníamos al principio empezó a flaquear.

Si no nos apetecía demasiado no íbamos, así que nuestra asistencia al santuario era de todo menos regular.

Un día de los que sí estábamos por ahí conocimos a un chaval de nuestra quinta que lucía un cuerpo fuerte. Bastante fuerte.

Era de nuestra edad y era tan mocoso como nosotros. Solo había una diferencia entre él y mi amigo y yo, que él nunca se saltaba un día de entreno.

Un dia, entre risas, le dijimos al fuertachón: “oye cabrón, que suerte tienes eh, que a ti siempre te apetece venir al gym. Normal que estés como Zyzz”.

El forzudo dejó las mancuernas en el suelo y puso una cara fría. Congelada.

Nos miró a mí y a mi amigo como si hubiéramos inusltado a su madre.

“Es que a mí no me apetece entrenar” - dijo el chaval con la tensión de una peli de David Fincher.

Me quedé de piedra. ¿Cómo que no le apetece entrenar, y aún así viene cada día?

Eso era todo lo que necesitaba escuchar.

Desde ese día todo cambió.

Acababa de aprender la clave del éxito.