La frase que lo soluciona todo

Y tardé mucho en entenderla

“Las cosas suceden cuando no las fuerzas”

No recuerdo a quién le escuché decir esto, pero me pareció la hostia.

Me inspiró porque de alguna manera podía entender la sabiduría que hay en esas palabras.

Y es una frase sencilla de cojones, de hecho, seguro que alguna vez has escuchado algo por el estilo.

No fue hasta tiempo más tarde, después de entender mucho mejor la mente, que me di cuenta de POR QUÉ esta frase es clave.

Imagina por un momento esta situación:

Te presentan a alguien, y esa persona está constantemente buscando tu aprobación y haciendo todo lo posible para caerte bien.

Te da halagos, te ríe las gracias y te hace favores. Muchos.

Ahora imagina lo siguiente:

Un vendedor que no llega a fin de mes, y está desesperado por vender sus productos lo antes posible.

Intenta contactar con muchos clientes, desprende necesidad e intenta seducir a sus potenciales clientes con todo lo posible. Con todo.

¿Sabes qué tienen en común estos dos ejemplos?

Que ambos personajes están forzando las cosas.

Las fuerzan al máximo. No están tranquilos. Están ansiosos.

Están apegados a un resultado.

¿Sabes qué más tienen en común?

Que no van a lograr ningún resultado.

La persona que te han presentado te acabará pareciendo demasiado pesada.

El vendedor no venderá una mierda.

Lograrán justo lo opuesto de lo que desean.

Ahora piensa en la mente humana.

Piensa en tu mente.

Piensa en cómo reaccionas ante tus problemas.

Piensa en cómo te sientes cuando intentas resolverlos.

Sucede exactamente lo mismo que en las historias.