Eres un adicto

Y no lo digo como una forma de decir

Eres un adicto.

Y no lo digo como una forma de decir.

Literalmente, eres un adicto.

Ahora me dirás que no, que no lo eres de ninguna manera. Que eres una persona sana y responsable.

Y yo te contestaré que no me has entendido.

Eres adicto a tus malos hábitos.

El 99% de tus problemas (por no decir el 100%) se deben a tus malos hábitos.

Eres adicto a ellos.

El problema es que estamos acostumbrados a entender una adicción como una dependencia muy grave a una sustancia.

Tonterías. Uno puede ser adicto a cualquier cosa.

Y la señal de que eres adicto es que te va a costar horrores estar más de una semana sin hacer ese hábito.

Puedes ser adicto a ver la televisión, a tomar tu Coca-Cola a la hora de comer, a beber cada vez que sales, a perseguir chicas que no te hacen ni puto caso, a irte a dormir tarde y no madrugar, a perder los papeles cuando la vida no es justa contigo, a priorizar ver tu deporte favorito sobre tus obligaciones importantes…

Puedes ser adicto a todo ello.

Y como toda adicción, no es fácil dejarla.

Te vas a encontrar con excusas, resistencias y síndromes de abstinencia.

¿Pero sabes que es lo realmente jodido de estas adicciones?

Que TODO el mundo las tiene, y por lo tanto, nadie las ve como una adicción que haya que solucionar.

Y mira, ni siquiera te voy a motivar a que dejes esas adicciones. Ni siquiera te quiero convencer de que las veas como tal.

Esto no trata de si deberías hacer esto o aquello. O si algo está bien o mal.

Esto va de cuánto te importa alcanzar tu máximo potencial en una sociedad que promueve tu mínimo potencial.

Y esa decisión es solo tuya.