El secreto para cambiar

Claro que no te va a gustar.

Todo lo que vale la pena duele, es duro.

Lo que no vale la pena es fácil, simple.

Cambiar es algo que vale la pena, al menos para ti y para mí.

Ser mejores, más capaces, más felices.

Es algo natural.

Pues si cambiar vale la pena, significa que cambiar duele.

Y duele porque tienes que cargarte una parte de ti.

Tienes que hablar con tu ego y decirle:

"Mira, me caes bien, me has ayudado a llegar a donde estoy, pero ahora no me convienes."

"Me haces dudar cuando quiero empezar ese proyecto."

"Me das excusas para no hablar con esa chica que me hace tilín."

"Me incitas a perder el tiempo en las redes sociales."

"Aquí acaba nuestra relación."

Y acabar con una relación duradera siempre duele.

Sobre todo cuando es alguien que quieres.

Especialmente cuando ese alguien eres tú.

En el email de este domingo te contaré cómo despedirte de tu ego, para que así dejes espacio a que renazca uno nuevo.

Uno nuevo y mejorado.

Eso sí, te adelanto que te va a doler.